🛗 caminar sin llegar

cuando algo en ti ya quiere irse, pero el momento no se abre

Hay dĂ­as en que todo parece pausado.

Y no porque tĂș lo hayas decidido.

Sino porque la vida —por alguna razón misteriosa—

no acelera contigo.

Caminas.

Sientes.

Esperas.

Pero no pasa nada
 o no todavía.

Y eso duele.

No por lo que falta.

Sino por lo que ya sientes adentro,

como si el alma supiera algo que el cuerpo aĂșn no puede hacer.

Caminadora

La imagen me llegĂł asĂ­:

caminando sobre un treadmill,

las manos posadas suavemente,

el cuerpo en movimiento


pero sin desplazamiento real.

Y aunque el corazĂłn late,

aunque hay direcciĂłn,

el mundo alrededor no se mueve contigo.

Es frustrante.

Pero también exacto.

Porque hay momentos donde el impulso interno

no se puede forzar en lo externo.

La paradoja

Siento ansiedad.

Siento deseo de avanzar.

Siento la certeza de que algo ya se estĂĄ terminando.

Y a la vez


también agradezco esta pausa.

Este pequeño margen entre lo que fue

y lo que aĂșn no comienza.

Estoy entre ritmos.

Y eso —aunque incómodo—

también es camino.

EstĂĄ bien desesperarse mientras se espera

No todo lo que sientes tiene que estar en paz.

A veces la sabidurĂ­a estĂĄ en permitir que el pecho se agite,

que el vientre cosquillee,

que algo en ti quiera moverse sin tener que empujarlo.

No eres impaciente.

Solo estĂĄs vivo.

Y algo en ti ya está escuchando el nuevo llamado


aunque el dĂ­a aĂșn no lo haya dicho en voz alta.

Un gesto para esta semana

Cuando sientas que todo estĂĄ en pausa,

pero algo en ti ya quiere correr


Haz justo lo contrario.

Detente.

Pausa la mĂșsica.

Mira tus manos.

Ponlas sobre el pecho.

Y solo respira ahĂ­.

Sin exigencia. Sin meta.

EstĂĄs donde tienes que estar,

aunque todavĂ­a no llegues a donde quieres ir.

Pregunta para llevar contigo

ÂżQuĂ© parte de ti ya estĂĄ lista
 aunque el momento aĂșn no lo estĂ©?

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