đ caminar sin llegar
cuando algo en ti ya quiere irse, pero el momento no se abre
Hay dĂas en que todo parece pausado.
Y no porque tĂș lo hayas decidido.
Sino porque la vida âpor alguna razĂłn misteriosaâ
no acelera contigo.
Caminas.
Sientes.
Esperas.
Pero no pasa nada⊠o no todavĂa.
Y eso duele.
No por lo que falta.
Sino por lo que ya sientes adentro,
como si el alma supiera algo que el cuerpo aĂșn no puede hacer.
Caminadora
La imagen me llegĂł asĂ:
caminando sobre un treadmill,
las manos posadas suavemente,
el cuerpo en movimientoâŠ
pero sin desplazamiento real.
Y aunque el corazĂłn late,
aunque hay direcciĂłn,
el mundo alrededor no se mueve contigo.
Es frustrante.
Pero también exacto.
Porque hay momentos donde el impulso interno
no se puede forzar en lo externo.
La paradoja
Siento ansiedad.
Siento deseo de avanzar.
Siento la certeza de que algo ya se estĂĄ terminando.
Y a la vezâŠ
también agradezco esta pausa.
Este pequeño margen entre lo que fue
y lo que aĂșn no comienza.
Estoy entre ritmos.
Y eso âaunque incĂłmodoâ
también es camino.
EstĂĄ bien desesperarse mientras se espera
No todo lo que sientes tiene que estar en paz.
A veces la sabidurĂa estĂĄ en permitir que el pecho se agite,
que el vientre cosquillee,
que algo en ti quiera moverse sin tener que empujarlo.
No eres impaciente.
Solo estĂĄs vivo.
Y algo en ti ya estĂĄ escuchando el nuevo llamadoâŠ
aunque el dĂa aĂșn no lo haya dicho en voz alta.
Un gesto para esta semana
Cuando sientas que todo estĂĄ en pausa,
pero algo en ti ya quiere correrâŠ
Haz justo lo contrario.
Detente.
Pausa la mĂșsica.
Mira tus manos.
Ponlas sobre el pecho.
Y solo respira ahĂ.
Sin exigencia. Sin meta.
EstĂĄs donde tienes que estar,
aunque todavĂa no llegues a donde quieres ir.
Pregunta para llevar contigo
ÂżQuĂ© parte de ti ya estĂĄ lista⊠aunque el momento aĂșn no lo estĂ©?
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