🗺️ mapa sin rutas
cómo habitar una pregunta
No todas las preguntas quieren respuesta.
Algunas solo quieren quedarse contigo.
No para explicarte nada.
Sino para abrir algo adentro.
Sin prisa.
Sin meta.
Una pregunta viva no te lleva a otro lugar.
Te deja justo aquí.
Pero más hondo.
🔍 el impulso de resolver
Nos enseñaron a buscar respuestas.
Como si no saber fuera un problema.
Como si el silencio fuera algo que arreglar.
Pero hay preguntas que no son problema.
Son grieta.
Son entrada.
Cuando no las apuras,
te muestran algo más real que cualquier idea.
🪨 la pregunta como espacio
Una buena pregunta no se responde.
Se habita.
Puede ser como una piedra en el bolsillo:
no la cargas con la cabeza,
la llevas con el cuerpo.
Y cuando la tocas,
algo se calma.
Algo se abre.
🔥 cómo llevarla en el cuerpo
No se trata de repetir frases hermosas.
Ni de anotar reflexiones cada día.
Elige una pregunta.
Solo una.
Y no la pienses tanto.
Llévala contigo.
Como quien lleva fuego bajito en el pecho.
Cuando sientas ruido o apuro,
vuelve a ella.
No para entender.
Sino para sentir.
Algunas Preguntas Que Pueden Acompañarte
• ¿Qué parte de mí quiere irse… y cuál quiere quedarse?
• ¿Esto que siento… dónde me toca?
• ¿Qué me está pidiendo esta emoción, sin palabras?
🛤️ esto también es camino
Habitar una pregunta no es hacer algo.
Es dejar de huir de lo que ya está aquí.
No la respondas.
Respírala.
🥡 pregunta para llevar contigo
¿Qué pasaría si no buscaras entender… y simplemente te dejaras tocar?